Tema 10: La educación sexual en la etapa infantil. Descubrimiento e identificación con el propio sexo. La construcción de los roles masculino y femenino. Estrategias educativas para evitar la discriminación de género

1. Introducción

2. La educación sexual en la etapa infantil

2.1. La educación afectivo-sexual

2.2. Teorías sobre el desarrollo afectivo-sexual

2.3. Etapas del desarrollo de la sexualidad de 0 a 6 años

2.4. La educación sexual en el currículo

3. Descubrimiento e identificación con el propio sexo

4. La construcción de los roles masculino y femenino

5. Estrategias educativas para evitar la discriminación de género

5.1. Conceptos básicos

5.2. Estrategias educativas en la escuela

6. Conclusiones

7. Bibliografía

1. Introducción

La educación sexual en la etapa infantil es un tema de gran relevancia y trascendencia en la sociedad actual. El descubrimiento y la identificación con el propio sexo, así como la construcción de los roles masculino y femenino, son aspectos fundamentales en el desarrollo de los niños y niñas, que impactarán en su comprensión de sí mismos, en sus relaciones interpersonales y en su participación en la sociedad.

Desde temprana edad, los niños y niñas comienzan a explorar su identidad de género, a entender y diferenciar las características físicas y emocionales propias de su sexo biológico. Este proceso de descubrimiento y aceptación de su identidad es crucial para su desarrollo psicológico y social, y es responsabilidad de los adultos brindarles el apoyo y la orientación necesarios. Además, en la construcción de los roles masculino y femenino, los niños y niñas internalizan y adoptan una serie de comportamientos, actitudes y expectativas asociadas a su género. Estos roles se encuentran influidos por diversos factores, como la familia, el entorno social, los medios de comunicación y la educación recibida.

Es fundamental destacar que la educación sexual en la etapa infantil no se limita únicamente a la dimensión biológica y reproductiva, sino que abarca aspectos emocionales, afectivos y relacionales. Promover una educación sexual integral implica fomentar el respeto hacia la diversidad de género, eliminar estereotipos y prejuicios, y brindar a los niños y niñas herramientas para desarrollar relaciones sanas, basadas en el consentimiento, la igualdad y el respeto mutuo. Asimismo, resulta imperativo implementar estrategias educativas que eviten la discriminación de género desde la infancia. Esto implica promover la equidad y la igualdad de oportunidades entre niñas y niños, ofrecerles modelos de referencia diversos y romper con los roles y estereotipos tradicionales. La educación es un poderoso instrumento de transformación social, y es a través de ella que podemos contribuir a construir una sociedad más justa e inclusiva, donde la diversidad sea valorada y respetada.

En este tema exploraremos la importancia de la educación sexual en la etapa infantil, analizando el proceso de descubrimiento e identificación con el propio sexo, así como la construcción de los roles masculino y femenino. Además, examinaremos estrategias educativas efectivas para evitar la discriminación de género, con el objetivo de promover una educación inclusiva y respetuosa en las primeras etapas del desarrollo.

2. La educación sexual en la etapa infantil

2.1. La educación afectivo – sexual

La educación afectivo – sexual es un proceso educativo que tiene como objetivo brindar conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para que las personas desarrollen una sexualidad saludable, plena y responsable. Se centra en proporcionar información precisa y adecuada sobre los aspectos biológicos, psicológicos, emocionales y sociales relacionados con la sexualidad. Su objetivo es promover la comprensión y el respeto hacia el propio cuerpo, las relaciones afectivas y sexuales, la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género, el consentimiento, la prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, así como la promoción de relaciones basadas en la igualdad, el respeto y la comunicación.

En la etapa infantil, la educación sexual se refiere al proceso de brindar a los niños y niñas información apropiada y adecuada sobre su cuerpo, las diferencias entre los sexos, las relaciones afectivas y el respeto hacia sí mismos y los demás. Esta educación tiene como objetivo promover una comprensión temprana y saludable de la sexualidad, sentando las bases para un desarrollo positivo y seguro en esta área.

En la etapa infantil, los niños comienzan a tomar conciencia de su propia identidad de género y a descubrir las diferencias físicas y biológicas entre los sexos. Es fundamental proporcionarles información precisa y comprensible sobre estas cuestiones, utilizando un lenguaje adecuado a su nivel de desarrollo. Esto les ayuda a entender y aceptar su cuerpo, así como a respetar y comprender las diferencias entre las personas. Además, la educación sexual se centra en promover la importancia del respeto mutuo, la autonomía corporal y el consentimiento. Los niños aprenden a identificar las partes de su cuerpo, a reconocer los límites personales y a entender que tienen el derecho de decir “no” cuando no se sientan cómodos con algo. También se les enseña a respetar los límites de los demás y a comprender que todas las personas merecen ser tratadas con dignidad y respeto.

Otro aspecto fundamental de la educación sexual en la etapa infantil es abordar los temas de la afectividad y las relaciones interpersonales. Los niños aprenden a reconocer y expresar sus emociones, a establecer vínculos sanos y a comprender la importancia de la amistad, el cuidado y el respeto hacia los demás. Se fomenta la comunicación abierta y el diálogo, para que los niños puedan expresar sus dudas, inquietudes y sentimientos en un entorno seguro y de confianza.

Es importante tener en cuenta que la educación sexual en la etapa infantil se basa en la edad y la madurez de los niños, adaptándose a sus capacidades y necesidades específicas. Los contenidos y las actividades se presentan de manera gradual y apropiada, siempre respetando la diversidad y evitando cualquier forma de discriminación o estigmatización.

2.2. Teorías sobre el desarrollo afectivo-sexual

Existen diversas teorías que han contribuido a comprender el desarrollo afectivo-sexual en los seres humanos. Estas teorías ofrecen diferentes perspectivas y enfoques sobre cómo se desarrolla la sexualidad y las relaciones afectivas a lo largo de la vida. Algunas de las teorías más destacadas son:

  1. Teoría psicosexual de Sigmund Freud: Según Freud, el desarrollo sexual atraviesa una serie de etapas: oral, anal, fálica, latencia y genital. Freud enfatizó la importancia de la sexualidad infantil y la resolución de los conflictos psicosexuales en cada etapa para un desarrollo saludable.
  2. Teoría del apego de John Bowlby: Bowlby planteó que los primeros vínculos afectivos con las figuras de cuidado, especialmente con los padres, tienen un impacto significativo en el desarrollo emocional y las relaciones posteriores. Estos vínculos influyen en la forma en que las personas establecen relaciones afectivas y sexuales en su vida adulta.
  3. Teoría del desarrollo moral de Lawrence Kohlberg: Kohlberg propuso una teoría del desarrollo moral que también tiene implicaciones para el desarrollo afectivo-sexual. Según él, las personas atraviesan diferentes etapas de razonamiento moral, desde un enfoque más centrado en el autoritarismo hasta un enfoque basado en principios éticos universales. Este desarrollo moral puede influir en las actitudes y comportamientos relacionados con la sexualidad y las relaciones afectivas.
  4. Teoría de la identidad de género de Sandra Bem: Bem planteó que la identidad de género no se limita a una simple dicotomía masculino-femenino, sino que puede ser más fluida y basada en características consideradas tradicionalmente masculinas o femeninas. Su teoría propone que las personas pueden tener una combinación de características de ambos géneros, lo que influye en cómo se perciben a sí mismas y en sus relaciones afectivas y sexuales.
  5. Teoría sociocultural de Lev Vygotsky: Vygotsky sostuvo que el desarrollo humano está fuertemente influenciado por el entorno social y cultural. La teoría sociocultural destaca cómo las normas, valores y creencias de una sociedad determinada moldean la comprensión y la expresión de la sexualidad y las relaciones afectivas.
  6. Teoría del aprendizaje social de Albert Bandura: Bandura enfatizó el papel de la observación y el aprendizaje por imitación en el desarrollo de la conducta y la formación de la identidad. Según su teoría, los niños y niñas pueden aprender sobre la sexualidad y las relaciones afectivas al observar y modelar el comportamiento de personas significativas en su entorno, como sus padres, hermanos mayores, amigos o personajes de los medios de comunicación. Estos modelos pueden transmitir actitudes, creencias y comportamientos relacionados con la sexualidad y las relaciones, y los niños pueden internalizar y replicar estos patrones en su propio desarrollo. Además, Bandura resaltó la importancia de los procesos de autorregulación y autoeficacia en el desarrollo afectivo-sexual. La autorregulación se refiere a la capacidad de los individuos para controlar y regular sus propias emociones y comportamientos, lo que incluye la toma de decisiones relacionadas con la sexualidad y las relaciones afectivas. La autoeficacia se refiere a la creencia de una persona en su capacidad para llevar a cabo acciones eficaces, y puede influir en la forma en que se enfrenta a los desafíos y las situaciones relacionadas con la sexualidad.

Estas teorías, entre otras, han proporcionado marcos conceptuales para comprender el desarrollo afectivo-sexual en diferentes etapas de la vida y cómo los factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales interactúan para influir en la formación de la identidad y las experiencias sexuales y afectivas de las personas. Es importante destacar que cada individuo es único y que el desarrollo afectivo-sexual puede variar ampliamente según las experiencias individuales y las características personales.

2.3. Etapas del desarrollo de la sexualidad de 0 a 6 años

El desarrollo de la sexualidad en los niños de 0 a 6 años abarca diferentes etapas, en las cuales los niños comienzan a explorar y comprender su cuerpo, su identidad de género y las relaciones interpersonales. A continuación, se presentan las principales etapas del desarrollo de la sexualidad en esta edad:

  1. Etapa sensoriomotriz (0-2 años): Durante este período, los bebés comienzan a explorar su propio cuerpo y descubren el placer físico a través de actividades como chuparse los dedos, tocarse los genitales y experimentar sensaciones táctiles. Esta exploración es una parte natural del desarrollo y ayuda a los bebés a desarrollar una conciencia corporal básica.
  2. Etapa preescolar (2-6 años): En esta etapa, los niños comienzan a desarrollar una identidad de género más sólida y a comprender las diferencias entre los sexos. Pueden mostrar una preferencia por jugar con otros niños del mismo sexo y pueden adoptar roles y comportamientos estereotipados asociados a su género. Por ejemplo, los niños pueden jugar a juegos más activos y de lucha, mientras que las niñas pueden mostrar interés en juegos de cuidado y roles de madre.

Dentro de estas etapas debemos tener en cuenta los siguientes conceptos:

  • Curiosidad sexual: Durante estos años, los niños pueden mostrar una curiosidad natural sobre la sexualidad y pueden hacer preguntas sobre el origen de los bebés, las diferencias entre los sexos y cómo se relacionan los adultos. Los padres y cuidadores desempeñan un papel importante al proporcionar respuestas adecuadas a su nivel de desarrollo y fomentar un ambiente de comunicación abierta y segura.
  • Autonomía y límites: A medida que los niños crecen, también comienzan a desarrollar un sentido de autonomía y a aprender sobre los límites y las normas sociales. Esto se refleja en su comportamiento sexual, donde pueden explorar su cuerpo o el de otros niños. Es esencial que los adultos establezcan límites claros y enseñen a los niños sobre el respeto a la privacidad y el consentimiento.
  • Desarrollo emocional y relaciones: Durante esta etapa, los niños comienzan a desarrollar relaciones sociales más complejas. Pueden formar amistades cercanas con otros niños y desarrollar vínculos emocionales significativos. A través de estas relaciones, aprenden sobre el respeto, la empatía y la comunicación, sentando las bases para futuras interacciones íntimas y relaciones saludables.

Es importante destacar que el desarrollo de la sexualidad es un proceso individual y que cada niño puede atravesar estas etapas de manera diferente. Los adultos desempeñan un papel fundamental al proporcionar un entorno seguro y comprensivo, donde los niños puedan explorar su sexualidad de manera saludable y recibir respuestas apropiadas a sus preguntas y necesidades.

2.4. La educación sexual en el currículo

En la LOMLOE, se indica que todos los niños y niñas tienen derecho a la educación en igualdad independientemente de sus características, entre ellas, las que están relacionadas con la sexualidad: “La calidad de la educación para todo el alumnado, sin que exista discriminación alguna por razón de nacimiento, sexo, origen racial, étnico o geográfico, discapacidad, edad, enfermedad, religión o creencias, orientación sexual o identidad sexual o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”

Por lo tanto, el docente no solo debe promover un trato igualitario para cada niño y niña, sino enseñar sobre la no discriminación y el respecto a todo ser humano independientemente de sus características.

Otro apartado importante de la LOMLOE y en relación con este tema es sobre la finalidad de la etapa de educación infantil: “En ambos ciclos de la educación infantil se atenderá progresivamente al desarrollo afectivo, a la gestión emocional, al movimiento y los hábitos de control corporal, a las manifestaciones de la comunicación y del lenguaje, a las pautas elementales de convivencia y relación social, así como al descubrimiento del entorno, de los seres vivos que en él conviven y de las características físicas y sociales del medio en el que viven. También se incluirán la educación en valores, la educación para el consumo responsable y sostenible y la promoción y educación para la salud. Además se facilitará que niñas y niños elaboren una imagen de sí mismos positiva y equilibrada e igualitaria y adquieran autonomía personal”.

En otras palabras, en la etapa de infantil se deberá atender al desarrollo afectivo y sexual del alumnado mediante el conocimiento de las emociones, su propio cuerpo, el desarrollo de la autoestima, las relaciones con los demás,…

En los principios pedagógicos de esta etapa podemos citar “sin perjuicio de su tratamiento específico en algunas de las áreas de la etapa, la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, la competencia digital, el fomento de la creatividad, del espíritu científico y del emprendimiento se trabajarán en todas las áreas. De igual modo, se trabajarán la igualdad de género, la educación para la paz, la educación para el consumo responsable y el desarrollo sostenible y la educación para la salud, incluida la afectivo- sexual. Asimismo, se pondrá especial atención a la educación emocional y en valores y a la potenciación del aprendizaje significativo para el desarrollo de las competencias transversales que promuevan la autonomía y la reflexión”. Este apartado, y de nuevo, establece la necesidad de una educación afectivo – sexual para el desarrollo integral del alumnado.

Incluir la información relevante de la legislación educativa autonómica correspondiente.

3. Descubrimiento e identificación con el propio sexo

Antes de desarrollar este apartado debemos conocer la diferencia entre el sexo y el género. La diferencia entre el sexo y el género es fundamental para comprender la diversidad y la complejidad de las identidades humanas. Aunque a menudo se utilizan como sinónimos, el sexo y el género son conceptos distintos:

  • Sexo: El sexo se refiere a las características biológicas y fisiológicas que diferencian a los seres humanos en categorías de masculino y femenino. Estas características incluyen los órganos sexuales, los cromosomas sexuales (XX en mujeres y XY en hombres) y las hormonas sexuales. El sexo es asignado al nacer basándose en características físicas observables, como los genitales externos. Sin embargo, es importante destacar que la biología no es simplemente una dicotomía absoluta, ya que existen variaciones intersexuales en las que los individuos pueden presentar combinaciones atípicas de características sexuales.
  • Género: El género se refiere a las construcciones sociales, culturales y psicológicas que definen las características, roles, comportamientos y expectativas asociadas a la masculinidad y la feminidad en una sociedad determinada. El género es una construcción social, y varía ampliamente entre diferentes culturas y a lo largo del tiempo. Mientras que el sexo se basa en características biológicas, el género se basa en normas y roles establecidos por la sociedad. Se considera un espectro en lugar de una dicotomía, ya que las identidades de género pueden ser diversas y no se limitan únicamente a masculino o femenino. Algunas personas pueden identificarse como hombres, mujeres, ambos, ninguno o con identidades de género fluidas.

El descubrimiento e identificación con el propio sexo es un proceso fundamental en el desarrollo de la identidad de género de los individuos. Durante los primeros años de vida, los niños y niñas comienzan a tomar conciencia de su propio sexo biológico y a desarrollar una comprensión de sí mismos en relación con las características y roles asociados a ese sexo. El descubrimiento del propio sexo generalmente comienza en la etapa de la primera infancia, cuando los niños y niñas comienzan a reconocer las diferencias físicas entre los sexos y a identificar y nombrar las partes del cuerpo asociadas a su género. A medida que crecen, su comprensión de su identidad de género se consolida y se vuelven más conscientes de su pertenencia a un grupo específico: masculino o femenino.

La identificación con el propio sexo implica la internalización de los roles y estereotipos de género que se les atribuyen a los hombres y a las mujeres en una determinada sociedad. A través de la observación y la interacción con figuras de referencia, como los padres, hermanos, amigos y modelos mediáticos, los niños y niñas aprenden cómo deben comportarse y qué características se esperan de ellos en función de su género.

Es importante destacar que el proceso de descubrimiento e identificación con el propio sexo no es lineal ni universal. Existen variaciones individuales y culturales en la forma en que los niños y niñas desarrollan su identidad de género. Algunos pueden mostrar una conformidad más estereotipada a los roles de género, mientras que otros pueden expresar una identidad de género más fluida o no conformista.

Es esencial que los adultos, incluidos los padres, cuidadores y educadores, brinden un entorno de apoyo y aceptación a los niños y niñas en su proceso de descubrimiento e identificación con el propio sexo. Esto implica ofrecerles modelos de referencia diversos, permitirles explorar libremente sus intereses y expresiones de género, y fomentar una actitud de respeto y tolerancia hacia la diversidad de identidades de género.

4. La construcción de los roles masculino y femenino

La construcción de los roles masculinos y femeninos se refiere a las expectativas sociales y culturales que definen cómo se espera que los hombres y las mujeres se comporten, se relacionen y desempeñen roles específicos en una determinada sociedad. Estos roles se transmiten a través de normas, valores, tradiciones y creencias arraigadas en una cultura determinada. Es importante destacar que los roles de género son construcciones sociales y varían en diferentes culturas y a lo largo del tiempo. Lo que se considera “masculino” y “femenino” puede diferir significativamente en diferentes sociedades y contextos culturales. Por ejemplo, las expectativas de género en cuanto a la vestimenta, las ocupaciones, los roles familiares y las expresiones emocionales pueden ser diferentes en diversas partes del mundo.

La construcción de los roles masculinos tiende a asociarse con características y comportamientos como la fortaleza física, la independencia, la competencia, la agresividad y la racionalidad. A los hombres se les puede alentar a ser proveedores económicos, líderes y a asumir roles dominantes en las interacciones sociales.

Por otro lado, la construcción de los roles femeninos suele estar relacionada con características y comportamientos como la amabilidad, la empatía, la ternura, la sensibilidad emocional y la dedicación al cuidado de otros. A las mujeres se les puede alentar a asumir roles en los que se espera que sean madres, cuidadoras y se involucren en profesiones consideradas tradicionalmente femeninas, como la enfermería o la educación.

Es importante tener en cuenta que estos roles de género pueden limitar las posibilidades y las opciones de las personas, reforzar estereotipos y generar desigualdades de género. Los roles de género rígidos pueden restringir la libertad individual y dificultar la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en diferentes aspectos de la vida, como la educación, el trabajo, las relaciones y la participación en la toma de decisiones.

En las últimas décadas, ha habido un mayor reconocimiento de la importancia de desafiar y cuestionar los roles de género tradicionales. Se han realizado esfuerzos para promover la igualdad de género, fomentar la diversidad y la inclusión, y desmantelar las normas y estereotipos restrictivos que limitan el potencial de las personas en función de su género. La promoción de la igualdad de género implica reconocer y valorar la diversidad de identidades y expresiones de género, así como permitir a las personas desarrollarse libremente, sin restricciones basadas en estereotipos de género.

5. Estrategias educativas para evitar la discriminación de género

5.1. Conceptos básicos

Antes de explicar las estrategias para el desarrollo afectivo – sexual del alumnado, debemos conocer los siguientes conceptos:

  • Estereotipo: Un estereotipo es una creencia o imagen generalizada, simplificada y a menudo exagerada acerca de un grupo de personas. Los estereotipos suelen ser ampliamente aceptados en la sociedad y pueden estar basados en características o atributos percibidos de ese grupo. Sin embargo, los estereotipos no reflejan la diversidad y complejidad de las personas individuales dentro del grupo y pueden llevar a generalizaciones injustas o inexactas.
  • Prejuicio: El prejuicio se refiere a las actitudes negativas o desfavorables hacia una persona o grupo basadas en suposiciones o estereotipos. El prejuicio implica tener ideas preconcebidas y juzgar a alguien sin conocerlo realmente. Puede manifestarse a través de estereotipos negativos, discriminación o estigmatización.
  • Sexismo: El sexismo es una forma de discriminación o prejuicio basada en el sexo o género de una persona. Se refiere a la creencia de que un sexo o género es superior o inferior al otro y puede resultar en trato injusto, desigualdad de oportunidades o estereotipos dañinos hacia hombres o mujeres. El sexismo puede manifestarse de manera sutil o abierta en diferentes aspectos de la vida, como la educación, el empleo, la política o las relaciones personales.
  • Discriminación: La discriminación es la acción o práctica de tratar a alguien o a un grupo de personas de manera injusta o desigual debido a características como su raza, etnia, género, religión, orientación sexual, discapacidad u otros aspectos. La discriminación implica negar derechos, oportunidades o trato igualitario a una persona o grupo. Puede manifestarse en forma de exclusión, marginación, maltrato o limitación de derechos básicos.

Es importante recordar que la construcción del género está influenciada por el entorno social, especialmente las familias. Podemos encontrar en nuestra aula, niños y niñas procedentes de familias con prejuicios como por ejemplo las labores y actividades a realizar por una mujer y un hombre,… Asimismo existen estereotipos en la sociedad como creer que ciertas cualidades son masculinas y otras son femeninas, que niños no deben llorar porque son débiles,…

5.2. Estrategias educativas en la escuela

Para evitar la discriminación de género y promover la igualdad, es fundamental implementar estrategias educativas que fomenten la conciencia, la sensibilidad y el respeto hacia todas las identidades de género. A continuación, se presentan algunas estrategias educativas efectivas:

  1. Educación basada en la igualdad de género: Es importante que las instituciones educativas promuevan la igualdad de género como un principio fundamental. Esto implica desarrollar programas y currículos educativos que desafíen los estereotipos de género, promuevan la equidad y brinden oportunidades equitativas para todos los estudiantes, sin importar su género.
  2. Sensibilización y formación del personal educativo: Es esencial brindar capacitación y desarrollo profesional al personal educativo para que puedan comprender y abordar las cuestiones relacionadas con la discriminación de género. Esto puede incluir talleres, cursos y actividades de sensibilización que promuevan la reflexión crítica y la comprensión de las causas y consecuencias de la discriminación de género.
  3. Promoción de la diversidad de género: Las instituciones educativas deben promover activamente la diversidad de género y la inclusión de todas las identidades de género. Esto implica crear un entorno seguro y respetuoso donde los estudiantes se sientan cómodos siendo ellos mismos, independientemente de su identidad de género. Se pueden implementar políticas de no discriminación y se pueden establecer grupos de apoyo y recursos para estudiantes LGBTQ+.
  4. Uso de materiales y recursos educativos inclusivos: Los materiales educativos, como libros de texto, cuentos, películas y juegos, deben ser revisados y seleccionados cuidadosamente para evitar la promoción de estereotipos de género y la discriminación. Es importante utilizar materiales que representen una variedad de identidades de género y que muestren a personas de diferentes géneros en roles diversos y no estereotipados.
  5. Fomento de la comunicación abierta y el diálogo: Crear un espacio de diálogo abierto y seguro en el aula es esencial para abordar las cuestiones de género y evitar la discriminación. Los estudiantes deben sentirse libres de hacer preguntas, expresar sus opiniones y compartir sus experiencias relacionadas con el género. Los docentes pueden facilitar discusiones respetuosas y proporcionar información basada en evidencia para promover una comprensión informada.
  6. Modelado de comportamientos inclusivos: Los docentes y el personal educativo tienen la responsabilidad de ser modelos de comportamiento inclusivo y no discriminatorio. Esto implica tratar a todos los estudiantes de manera equitativa, respetar sus identidades de género y garantizar que los estudiantes vean y experimenten comportamientos inclusivos en su entorno educativo.
  7. Colaboración con las familias: Fomentar en la escuela de padres, charlas y actividades para educar sobre la igualdad de género y el respeto a los intereses de cada niño y niña sin caer en estereotipos. También mantener una comunicación abierta y fluida con las familias de nuestros alumnos y alumnas.

A continuación y a modo de ejemplo, proponemos algunas actividades para evitar la discriminación de género en el aula:

  • Exploración de juguetes y roles: Crea un rincón de juego con una variedad de juguetes que tradicionalmente se consideran “para niñas” o “para niños”. Anima a los niños a elegir libremente los juguetes que les interesen, sin importar su género. Promueve la idea de que todos los juguetes son para todos y que no hay limitaciones basadas en el género.
  • Cuentacuentos inclusivos: Lee cuentos y libros que representen una diversidad de personajes de diferentes géneros y que desafíen los estereotipos de género. Después de leer cada historia, organiza una discusión para explorar las ideas y los mensajes presentes en el libro y promover la igualdad.
  • Juegos de cooperación: Organiza juegos y actividades en los que los niños tengan que trabajar juntos y cooperar sin importar su género. Puedes realizar juegos de construcción en equipo, rompecabezas grupales o actividades de arte colaborativo. Fomenta la idea de que todos tienen habilidades valiosas y que trabajar juntos es importante para lograr objetivos comunes.
  • Exploración de profesiones: Invita a diferentes profesionales a visitar el aula y hablar sobre su trabajo. Asegúrate de incluir tanto a hombres como a mujeres en una amplia gama de profesiones. Esto ayudará a los niños a comprender que todas las personas, sin importar su género, pueden tener intereses y habilidades en diversas áreas.
  • Celebración de la diversidad: Organiza días especiales en los que se celebre la diversidad de género. Por ejemplo, puedes tener un día en el que los niños vistan libremente sin restricciones de género en la elección de su ropa. Anima a los niños a compartir y expresar sus gustos sin importar los estereotipos.

6. Conclusiones

La educación sexual en la etapa infantil desempeña un papel crucial en el desarrollo afectivo-sexual de los niños. Durante esta etapa, los niños comienzan a descubrir y a identificarse con su propio sexo, así como a construir los roles masculinos y femeninos. Sin embargo, es fundamental promover estrategias educativas que eviten la discriminación de género y fomenten la igualdad y el respeto. Para evitar la discriminación de género en el ámbito educativo, es necesario generar conciencia sobre los estereotipos de género, los prejuicios y el sexismo. Los educadores deben recibir capacitación y reflexionar críticamente sobre sus propias actitudes y prácticas. Además, se deben revisar y seleccionar cuidadosamente los materiales educativos utilizados en el aula, promoviendo la diversidad y evitando los estereotipos de género.

Es esencial proporcionar a los niños oportunidades de explorar una amplia gama de intereses y roles, sin limitaciones basadas en su género. Al desafiar los estereotipos de género y promover la empatía y el respeto, se les brinda a los niños la oportunidad de desarrollar relaciones saludables y equitativas desde temprana edad.

Asimismo, es importante destacar que las estrategias educativas deben adaptarse a las etapas del desarrollo de la sexualidad de los niños de 0 a 6 años, siendo sensibles a sus necesidades y comprensión. La educación sexual en esta etapa debe centrarse en la autoexploración, el respeto a los límites personales, la diversidad familiar y el reconocimiento de las diferencias individuales.

7. Bibliografía

  • Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
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